El 11 de febrero se celebra el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, una iniciativa impulsada por la ONU con el objetivo de visibilizar la participación de las mujeres en el ámbito científico y fomentar la igualdad de género en la investigación y la tecnología.
A lo largo de la historia, muchas mujeres han hecho importantes contribuciones en diversas ramas de la ciencia. Sin embargo, han enfrentado obstáculos y barreras que han limitado su reconocimiento y acceso a oportunidades. Hoy en día, la brecha de género en ciencia y tecnología sigue siendo un desafío, pero iniciativas como becas, programas educativos y redes de apoyo buscan fomentar la participación femenina en estas áreas.
El empoderamiento de las niñas y jóvenes en la ciencia es clave para el desarrollo de la innovación y la resolución de problemas globales. La inspiración de modelos a seguir, el acceso a la educación STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas) y la eliminación de estereotipos son esenciales para garantizar un futuro más equitativo. La representación femenina en la ciencia permite generar soluciones innovadoras y diversas para enfrentar los desafíos actuales en salud, tecnología y medio ambiente
A lo largo de los siglos, las mujeres han contribuido significativamente al avance de la ciencia, aunque muchas veces su trabajo ha sido invisibilizado. Desde pioneras que rompieron barreras hasta jóvenes prodigios que están transformando el futuro, su impacto es innegable. A continuación, exploramos tres historias de científicas que han dejado una huella en sus respectivos campos.
La pionera de la radiactividad: Marie Curie
Marie Curie fue una de las científicas más influyentes de la historia. Nacida en 1867 en Polonia, su pasión por la ciencia la llevó a ser la primera mujer en recibir un Premio Nobel y la única persona en ganar en dos disciplinas distintas: Física y Química. Junto a su esposo Pierre Curie, descubrió los elementos polonio y radio, sentando las bases de la radiactividad moderna. A pesar de las barreras de género, Curie nunca dejó de investigar y, durante la Primera Guerra Mundial, desarrolló unidades móviles de radiografía para atender a los soldados heridos. Su legado sigue vivo en la medicina y la física moderna, recordándonos el poder de la perseverancia y la curiosidad científica.
Una mente brillante en la actualidad: Katie Bouman
En 2019, el mundo vio por primera vez la imagen de un agujero negro, gracias a los esfuerzos de un equipo de astrónomos y científicos de datos. Entre ellos destacó Katie Bouman, una ingeniera informática cuya contribución fue clave en el desarrollo del algoritmo que permitió procesar los datos captados por el Telescopio del Horizonte de Sucesos. Su trabajo demostró cómo la tecnología y la ciencia pueden unirse para desentrañar los misterios del universo. Bouman no solo ha inspirado a una nueva generación de científicas en el campo de la astrofísica, sino que también ha mostrado la importancia del trabajo colaborativo en los grandes descubrimientos.
La joven inventora: Gitanjali Rao
A sus 15 años, Gitanjali Rao ya había sido reconocida como una de las mentes más brillantes de su generación. Esta joven científica estadounidense desarrolló un dispositivo capaz de detectar plomo en el agua potable, un problema grave en comunidades afectadas por la contaminación. Su pasión por la ciencia no se detuvo ahí: también ha trabajado en inteligencia artificial y en proyectos para combatir el ciberacoso. En 2020, la revista TIME la nombró la primera «Niña del Año», destacando su dedicación para inspirar a otros jóvenes a usar la tecnología en beneficio de la sociedad. Rao es un recordatorio de que la innovación no tiene edad y que el futuro de la ciencia está en manos de quienes se atreven a imaginar nuevas soluciones.
El futuro de la ciencia es diverso
Las historias de Marie Curie, Katie Bouman y Gitanjali Rao son solo algunas de las muchas que han dado forma al mundo científico. Desde los laboratorios de la física hasta los avances en inteligencia artificial, las mujeres han demostrado su capacidad para cambiar el rumbo del conocimiento. Hoy más que nunca, es fundamental seguir impulsando la participación femenina en la ciencia, asegurando que las futuras generaciones tengan la oportunidad de explorar, descubrir y transformar el mundo.